Furia de Titanes II

Ahora un breve paréntesis con el remake Furia de Titanes (Louis Leterrier). La nueva historia se toma libertades acerca del mito original y su antigua adaptación cinematográfica. La premisa es diferente, los hombres se revelan contra los dioses, se establece una simbiosis violenta entre las deidades y los seres humanos. No puede existir dios sin creyente ni viceversa, por eso ambas partes luchan para establecer una relación de poder. La idea es interesante, sin embargo el film la desarrolla sólo de manera superficial. El verdadero protagonista no es Perseo (Sam Worthington) ni su aparente y débil deseo de venganza hacia Hades (Ralph Fiennes), que ha asesinado a toda su familia adoptiva, ni el desprecio hacia un padre ausente como Zeus (Liam Neeson), ni siquiera su relación amorosa con Ío (Gemma Arterton). El verdadero protagonista es la vorágine de efectos especiales digitalizados a lo que se le suma la experiencia en tercera dimensión y la rapidísima sucesión de escenas de acción, unas más espectaculares que otras. La puesta en escena parece traída de un videojuego de playstation. Entre lo más rescatable tenemos las interpretaciones de Neeson y Fiennes (quienes lamentablemente tienen contadas apariciones en el film) y el crecento espectacular de la lucha contra el Kraken, pero nada más. Y es que a pesar de las constantes innovaciones tecnológicas en la industria cinematográfica, todo parece cada vez más inverosímil.

Diego Baca