miércoles, 30 de setiembre de 2009

LUZ SILENCIOSA



No aprecié Luz Silenciosa (Stellet licht-2007) cuando la estrenaron en la capital por motivos del Festival de Cine de Lima. Tampoco cuando las salas de Cineplanet de Trujillo hicieron extensivo el festival. Probablemente, por ese entonces lo que más sabía del festival era que había sido tachado de racista debido al diseño de su publicidad gráfica y que este hecho había tenido repercusión mediática, sobre todo en el mundo de los blogers. Un buen día leyendo el suplemento de Domingo de La República, encontré muy bien recomendado el film del mexicano Carlos Reygadas. Muy animado me animé a comprar una versión pirata de esta película en la Avenida Grau.

Debo atestiguar que los primeros minutos del film me parecieron lentísimos, un plano general del amanecer, en tiempo real. No obstante, con forme va desarrollándose la historia el interés se hace más fuerte y la narración pausada y contemplativa se hace digerible.

Se trata de una comunidad de menonitas (una especie de sociedad religiosa que vive sin varias de las comodidades del mundo moderno). Johan está casado con Esther, sin embargo mantiene un romance con Marianne. El adulterio trae consigo constantes disgustos a la abnegada esposa, quien finalmente tiene un paro cardíaco y muere. Posteriormente, entre la culpa y el arrepentimiento del velatorio aparece Marianne y revive a Esther dándole un beso. Con la resurrección viene la redención. Entonces todos se perdonan, viven felices y comen perdices.

Superficialmente puede parecer una historia cursi con aires de moralina, Luz Silenciosa se salva gracias a la particularidad del proceso narrativo y la puesta en escena que le dan credibilidad a los acontecimientos, que pasan de lo paranormal a lo milagroso con una solemnidad impresionante.

El lenguaje visual como ya se ha mencionado es contemplativo, cámara fija, travelings lentos, paneos largos y descriptivos. Nos sumergimos en la vida cotidiana de Johan y su familia. Observamos su estilo y ritmo de vida, así como las costumbres y reglas de la comunidad.

Los planos abiertos de paisajes nos remiten a la naturaleza y el mundo interior de los personajes, como en la escena del encuentro de Marianne y Johan en el campo. El amor adolescente que viven está sacado de contexto. Es un imposible y es la causa del sufrimiento para los amantes (la culpa) y la esposa (la resignación). Sin embrago ocurre fuera de la urbe y sus normas. En un clima de sensualidad romántica campestre que les hace olvidar cualquier impedimento.

Los planos cerrados nos remiten a la intimidad de los personajes en escenarios interiores. Como la escena en la casa de Johan, donde este llora desconsoladamente luego que su familia ha desayunado. Esta es la primera escena de película y comienza con un encuadre rígido y simétrico que describe el momento de la comida familiar. Luego en la soledad vienen las lágrimas desencajadas e incompresibles (hasta ese momento) del protagonista.

Así como en Batalla en le cielo (2005), los personajes no hablan mucho pero cuando lo hacen sacan a relucir toda su emotividad. El lenguaje no verbal expresado en las acciones de los personajes y su relación con el entorno físico (la luz, la naturaleza y espacios interiores) enriquecen el texto fílmico dándole a la narración un toque poético y simbólico.

En una entrevista a Reygadas se le pregunta sobre el tema de la luz en esta película: “Es una película que no tiene efectos de luz. No se usa la luz como un elemento narrativo sino que la luz realmente es esencial, está en todas partes, desbordando, es pura. No hay claroscuros, ni luces indirectas. Y como que siento que a través de la luz pasa mucha fuerza, mucha energía, pero siempre en silencio, es una energía que no arranca cosas, que no avasalla, que entra en silencio”. La luz como ya ha dicho el propio director, es un elemento de gran relevancia, sobre todo en la escena de la resurrección. Donde primero apreciamos a Marianne quien antes de entrar al velatorio recibe los rayos del sol de frente a ella, como si empañara de un poder divino. El beso que le da a Esther transmite el deseo por Johan, a quien ha perdido irremediablemente. Se trata de un gesto de redención y sacrificio. Luego Marianne se va silenciosamente, como la luz día. Y se cierra el círculo.


Nota:

Menonita: Sociedad religiosa de origen europeo que habla una variante del holandés llamada “plautdietsch”.De ahí el título “original de la película: Stellet Licht”.
Por Diego Baca

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